Todo empezó una noche de invierno que llovía mucho y había mucha niebla. Estaba delante de un muro roto por las bombas. Mi hijo y yo teníamos demasiado miedo como para que no se nos notara. Estábamos en la espalda de una mujer que no se le detenía la sangre que le salía. No paraba de incorporarse gente llena de sangre y gritando como locos por la calle.
Todo el mundo empezó a correr, nadie sabía donde íbamos, ni de que huíamos. Al cabo de unos momentos de correr y gritar sin parar, llegamos a un lugar muy extraño, con un barco inesperado. Nos encontrábamos en un puerto.
Callamos todos de repente, todos teníamos la mirada en el vestido rojo de la pasajera rubia, todos empezamos a subir en el barco, parecía mentira que tanta gente capase en ese barco. De repente una cosa muy extraña subió con mucha rapidez y detrás de él ya no había más gente.
Ya pensaba que todo se había acabado pero aún nos faltaba un último esfuerzo, teníamos que llegar a nuestras habitaciones antes que llegara aquella cosa. A pesar de todo había llegado antes que nosotros, se puso delante de nuestro y quitó una pistola.
domingo, 9 de noviembre de 2008
viernes, 7 de noviembre de 2008
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